Imagina nuestro fútbol actual con cabezas cercenadas como pelotas. Sí, así es, esa era una de las prácticas que llevaba a cabo la civilización maya. Con los sacrificios como elemento clave de ofrenda a los dioses, derramar sangre, torturar, sacrificar e incluso celebrar dichos actos, era parte de la vida diaria de esta civilización. Los grandes científicos y arquitectos del pasado no fueron precisamente pacíficos.
Habitamos un mundo donde aún existe guerra y actos violentos y atroces, mas nos sorprendemos de que así sea en pleno siglo XXI. Todo ello en muchas ocasiones sume sus raíces en la Historia más remota, para muchos la naturaleza humana es violenta, para otros, los humanos son pacíficos por naturaleza y se corrompen después. De lo que no hay duda es que a lo largo del tiempo, civilizaciones, tribus, pueblos, naciones ... han sucumbido a la guerra, la violencia, la tortura, bien por poder, bien por religión, bien por placer.
Resultaría interesante conocer paulatinamente las torturas, los sacrificios y la violencia llevadas a cabo por distintas civilizaciones a lo largo de la Historia en la extensión del mundo que habitamos.
En las próximas líneas se mostrará el lado más sanguinario de los mayas, una civilización recordada a lo grande por sus avances en arquitectura, ciencia y arte. Sin embargo, ¿quién los recuerda por jugar a la pelota con las cabezas cercenadas de sus enemigos?
Sacrificios humanos | Wiki CommonsSacrificios humanos | Wiki Commons
Mucho se ha especulado sobre si la civilización maya vivió en paz y armonía sin conflictos entre ellos ni las comunidades vecinas. Aún a día de hoy, con una respuesta menos idílica y más fiel a la lógica, sigue esta duda siendo gran protagonista entre las discusiones sobre esta pasada civilización de la mesoamérica precolombina. A día de hoy se sabe que gran parte de su reorganización del territorio, precursora de su posterior desaparición, fue en gran parte debida a conflictos internos dilatados en el tiempo, así como a catástrofes naturales, entre las cuales destacar numerosas sequías, hasta su completa desaparición en el 1697 esta vez por las campañas militares llevadas a cabo por el Imperio español.
No todo lo que reluce es oro y ,si bien los mayas fueron adelantados a su tiempo, también sucumbieron al oscurantismo, la guerra, el odio, los sacrificios y las despiadadas torturas. Es de destacar que la mayoría de sus torturas eran derivadas del carácter ritual, sin embargo en muchos de sus sacrificios a los dioses, las víctimas eran torturadas antes de sus sacrificio, acto claramente innecesario.
En un primer momento, las torturas y sacrificios eran realizados a prisioneros, posteriormente el círculo fue haciéndose más amplio, extendiéndose a capturados de pueblos con los que se encontraban enfrentados e incluso reyes de estos mismos pueblos contrarios.
Además de la mera historiografía, fueron los propios mayas los que plasmaron en su arte escenarios rituales de sacrificio y tortura. En muchas representaciones se puede encontrar a líderes mayas portando un cinturón de cabezas cortadas en representación de victoria y poder, lo cual también se sale del mero carácter ritual. Es muy común encontrar también en el arte maya la extracción del corazón a niños como ofrenda a los dioses.
Sin embargo los métodos de sacrificio y tortura más utilizados entre esta civilización eran el despeñamiento y la decapitación. Estos actos de sacrificio eran expuestos en eventos ceremoniales, además, en innumerables ocasiones los sacrificados eran duramente torturados antes de llevar a cabo el sacrificio. Eran golpeados, quemados e incluso destripados previo sacrificio. En el caso del despeñamiento (cucul eb) el modus operandi consistía en atar a la víctima, inmovilizarla y lanzarla desde los templos escaleras a bajo ante la atónita mirada de todos los allí presentes que además celebraban dicho acto.
Respecto a la decapitación, como se decía con anterioridad. en muchas ocasiones las cabezas cercenadas eran tomadas como trofeo y en otras muchas como ocio, juego o diversión, literalmente como pelotas, torturas y/o sacrificios casi sacados de la ficción o de escenas cinematográficas de producciones como Apocalypto.
Lejos de la paz y la armonía, no queda lugar a dudas de que al igual que aportaron grandes conocimientos a las civilizaciones venideras, y han sido la sorpresa de muchos estudiosos actuales, también derramaron mucha sangre sumidos en la violencia de "alimentar a sus dioses" y celebrar muerte, tortura y sangre. Llevaron al ocio y a la diversión los sacrificios, el carácter ritual quedó casi como una excusa para llevar a cabo esas muertes.
Comments