Un enojo desmedido llevó a una mujer a tomar una drástica decisión en un claro arrebato y que ahora la ha llevado a afrontar los cargos por intento de asesinato y destrucción de la propiedad privada. Es que en una aparente situación de enfado una mujer decidió cortar la cuerda de seguridad que sostenía a dos soldadores a 26 pisos de altura y que realizaban tareas de mantenimientos.
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A menudo los edificios necesitan un mantenimiento exterior, ya sea para limpiar los grandes ventanales o para restaurar la fachada que con el paso del tiempo se van desgastando. Y los vecinos algunas veces se muestran molestos por estas tareas. Pese a ello, lo que jamás esperaban los operarios que estaban trabajando en este rascacielos que se ubica en las afueras de Bangkok, Tailandia, es que una de las vecinas no pudiera manejar el enojo de no haber sido informada con anterioridad sobre el mantenimiento que pondría en serio riesgo sus vidas.
Los soldadores estaban realizando el mantenimiento del rascacielos. (Foto: Captura video Youtube/ Thairath Online).
La mujer cortó las cuerdas que sujetaban a los pintores a 26 pisos de altura, dejándolos completamente colgando a una peligrosa altura. Eso llevó a que este personal tuviera que ser rescatado por personal especializado.
El drástico corte
Entre los primeros trascendidos que dieron a conocer los medios locales, estos dos trabajadores comentaron que estaban descendiendo desde el piso 32 cuando percibieron que la cuerda era aún más pesada de lo habitual. Inmediatamente miraron hacia abajo y vieron una vecina abriendo la ventana desde el piso 21 y cortando la cuerda de seguridad que los sostenía.
Afortunadamente un tercer miembro del equipo logró sostenerlos desde el piso superior hasta que fueron rescatados por la ventana de un matrimonio en el piso 26.
Una vez a salvo, los soldadores realizaron la denuncia de los hechos, pero la mujer negó completamente que ella tuviera algo que ver con el incidente por el que casi pierden la vida mientras trabajaban. Pero, la policía realizó un análisis de ADN que confirmó que en la cuerda había huellas dactilares de la mujer y las cámaras de seguridad la delataron por lo que ahora deberá afrontar los cargos de los que se la acusan,