El 6 y el 9 de agosto de 1945, EEUU lanzó las bombas atómicas sobre las ciudades japonesas de Hiroshima y Nagasaki. El 26 de abril de 1986, el reactor número cuatro de la central nuclear de Chernóbil, en Ucrania, explotó. Las dos tragedias causaron daños sin precedentes en el planeta y la humanidad. ¿Por qué Hiroshima y Nagasaki son habitables y Chernóbil no?
Sin embargo, hoy en día, más de 1.6 millones de personas viven y parecen estar prosperando en Hiroshima y Nagasaki. Contrario a este dato, la zona de exclusión de Chernóbil, que comprende unos 30 km alrededor de la planta, se mantiene relativamente deshabitada. Te contamos las diferencias:
Arrojada por el avión Enola Gay sobre Hiroshima el 6 de agosto de 1945, la Little Boy era una bomba de uranio de tres metros de largo y pesaba 4 toneladas y media.
Cuando la bomba estalló como estaba planeado, a unos 600 metros sobre Hiroshima, se lanzaron 16 kilotones de fuerza explosiva. Como Hiroshima se encuentra en una planicie, Little Boy causó un inmenso desastre. Desde entonces, se cree que alrededor de 190.000 personas han muerto debido a varios tipos de cáncer derivados de la liberación de la radiación tras la bomba.
La bomba Fat Man fue liberada tres días más tarde en Nagasaki, el 9 de agosto de 1945. Cerca de 900 gramos de los seis kilogramos de plutonio contenidos en la bomba sufrieron fisión nuclear en el momento de la detonación a 500 metros por encima de Nagasaki, liberando 21 kilotones de fuerza explosiva. Se estima que entre 45 y 70 mil personas murieron instantáneamente, y otras 75 mil resultaron heridas.
En Chernóbil, por desgracia, la tragedia fue evitable y probablemente ocurrió como fracaso de las pruebas de un nuevo sistema de regulación de la tensión del reactor donde se produjo el accidente sumado a empleados agotados y sin preparación.
Además, el diseño de los reactores de Chernóbil ya estaba significativamente viciado. Los reactores eran inestables y el sistema de refrigeración necesario para reducir el calor de las reacciones se volvió difícil de controlar.
Entonces, el 26 de abril de 1986, los ingenieros querían probar cuanto tiempo las turbinas eléctricas alimentadas por el reactor seguirían funcionando mientras ya no se producía energía. Para ello, tuvieron que desactivar muchos equipos de los sistemas de seguridad.
Mientras la prueba era realizada, un poco de agua necesaria para el enfriamiento entró en el reactor y se fue convirtiendo en vapor. Los operadores trataron de revertir el problema, pero para entonces ya era demasiado tarde y el resto de la historia ya es conocida.
Se estima que como consecuencia directa de la explosión de la central de Chernóbil de siete a diez toneladas de combustible nuclear fueron liberadas y al menos 28 personas murieron y generó una nube radiactiva que se extendió a Europa. Se estima que más de 233 mil kilómetros cuadrados de tierra fueron seriamente contaminados con los peores efectos sentidos en Ucrania, Bielorrusia y Rusia.
Desde entonces, más de 5.000 muertes fueron atribuidas a los efectos de la radiación de Chernóbil y en la actualidad las investigaciones aún siguen activas, presentando informes de varios casos de cáncer y deformaciones resultantes de la contaminación de cesio, yodo y estroncio.
Diferentes cantidades de combustible nuclear
La bomba de Hiroshima llevaba en su interior 6,3 kilogramos de plutonio. En el reactor 4 de Chernóbil había 180 toneladas de combustible nuclear del que el 2% (3600 kilos) era uranio puro. Esta diferencia ya explica muchas cosas.
Diferente altura y eficiencia
Las consecuencias destructivas de la bomba de Hiroshima hubieran sido mucho peores si hubiera detonado al nivel del suelo, pero lo hizo a unos 600 metros de altura. Según la Fundación para la Investigación de los Efectos de la Radiación (RERF), solo aproximadamente el 10% del plutonio de la bomba entró en fusión. La propia explosión evaporó el 90% restante y lo catapultó hasta la estratosfera.
En Chernóbil, por contra, la explosión se produjo al nivel del suelo y, aunque fue mucho menos potente, fue mucho más efectiva a la hora de diseminar isótopos radioactivos. La deflagración y el incendio posteriores repartieron alrededor de la planta el material en dosis masivas.
Neutrones y rayos gamma
La bomba de Hiroshima generó una fuerza equivalente a 21 kilotones (un kilotón equivale, en masa, a 1000 toneladas de explosivo TNT). La bomba elevó la temperatura instantáneamente hasta un millón de grados, creando una esfera de fuego de 256 metros de diámetro antes de que pasara un segundo.
Pese a ese poder destructivo, solo el 10% de la radiación liberada por la bomba era radiación de neutrones, que es la que impregna la materia no radioactiva haciéndola radioactiva. El resto eran rayos gamma, que son letales en el momento, pero no dejan la misma impronta en el terreno o los objetos. Los isótopos de Chernobyl, altamente radioactivos, muchos de ellos gases, lo impregnaron todo.
Las dosis de radioactividad en el área de Chernobyl siguen siendo, en muchos casos, letal en un plazo de días o semanas.
En Chernóbil, la radiación depende mucho del lugar. En algunos sitios los niveles son normales. En otros son de 20, 30 y hasta 300 µSv. Las personas que trabajan en el nuevo sarcófago de la central solo pueden hacerlo en turnos de unas pocas horas muy separados entre sí.
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