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AREA ACADEMICA DE METALURGIA

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Por qué atribuir la creación de las pirámides a los extraterrestres es una idea racista

Nadie duda de que las grandes construcciones de la Antigua Grecia o el Imperio Romano fueron obra de los humanos, pero ¿por qué existe la sospecha sobre las pirámides de Egipto o las líneas de Nazca?

¿Cómo pudieron construir las pirámides los egipcios? No, ninguna civilización tan antigua puede contar con la tecnología y los conocimientos necesarios para construir tales proyectos arquitectónicos de tamaños mastodónticos. ¿Y las líneas de Nazca? Eso... ¡Imposible! Solo pudo ser obra de civilizaciones intergalácticas que en fechas antediluvianas decidieron venir a este diminuto y pálido punto azul en el que habitamos y en el que milagrosamente se produjo la vida.


Estos son algunos de los argumentos que se escuchan en documentales especulativos, vídeos de YouTube de dudosa credibilidad científica y conversaciones cotidianas en las que emergen esta clase de temas. Pero a la hora de hablar de lugares y épocas como la Antigua Grecia o el Imperio Romano y sus también majestuosas edificaciones, descubrimientos e inventos en los campos del derecho o la ciencia, los relatos son protagonizados por orgullosos emperadores que conquistaron lo inconquistable, reunieron los ejércitos más numerosos de la historia y gobernaron con mano de hierro en nombre de dioses apolíneos y seres mitológicos.


¿Qué "otro" más desconocido y misterioso que una civilización alienígena que supuestamente tuvo a bien en colonizar la Tierra e impulsar el surgimiento de grandes civilizaciones?


¿Qué marca la diferencia entre ambos ejemplos? Evidentemente, las distancias temporales. Pero más allá de esto, existe una distancia geográfica entre los territorios en los que se dan estos relatos que, en realidad, tampoco es tan grande. Aquellos que marcaron el punto de inicio del desarrollo de la cultura occidental se dan en zonas europeas a orillas del Mar Mediterráneo, como Roma o Grecia; sin embargo, basta con extender el marco geográfico no muchos kilómetros, también en la costa mediterránea, para encontrarnos con un país como Egipto, el cual está plagado de leyendas arqueológicas y antropológicas de lo más variopintas.

Una visión crítica de la arqueología especulativa

Esta revisión crítica de las teorías arqueológicas propias del campo de la "pseudoarqueología" o arqueología especulativa está ganando mucho terreno en algunas universidades de Estados Unidos. Recientemente, Stephanie Halmhofer, aspirante a doctorado de la Universidad de Alberta, publicó un artículo en la revista 'Sapiens' en el que se pregunta por qué ciertas ramas de la divulgación arqueológica y antropológica adoptan un discurso 'mistérico' sobre algunos de los elementos e iconos más visibles de culturas como la egipcia o la indígena peruana, dando pábulo a especulaciones sobre si sus obras fueron realmente fruto de la mano humana. Sin duda, la perspectiva de la académica es de lo más interesante por su novedad y capacidad de alcance, ya que a su vez ofrece pruebas y datos sobre cómo estas teorías nutren el discurso de ciertos grupos relacionados con el supremacismo blanco, sobre todo en un país en el que existen actualmente problemas de racismo tan importantes como Estados Unidos.

"Los argumentos pseudoarqueológicos pueden presentarse como divertidos, pero están predispuestos contra los negros o los pueblos indígenas, poniendo en duda de que hayan sido los verdaderos responsables de su propia historia"

Al final, las teorías de la conspiración diseminadas por la red, e incluso aquellas que tenemos interiorizadas como es el tema del Antiguo Egipto y que relacionan las pirámides con el mundo de la ufología, acaban estrechando alianzas con ciertos grupos de extrema derecha aquí en Europa, o en Estados Unidos con el supremacismo blanco. Lo hemos visto con la crisis del coronavirus, en la enorme explosión y difusión de bulos para alimentar la teoría de que la pandemia estaba orquestada por un selecto grupo de élites y que tuvo su culmen con la imagen del asalto al Capitolio por parte de fanáticos disfrazados enarbolando pancartas del QAnon. Al fin y al cabo, el racismo se nutre de señalar a un "otro", acusándole de muchas de las causas de los problemas por los que atraviesa una sociedad. Y ¿qué "otro" más desconocido, misterioso y poderoso que una civilización alienígena que supuestamente tuvo a bien en colonizar la Tierra e impulsar el surgimiento de grandes civilizaciones remotas?

"Durante mucho tiempo, la 'pseudoarqueología' fue colocada en los márgenes por arqueólogos considerando que no merecía atención", asevera Halmhofer. "El problema es que es en los márgenes donde las ideas pueden infectarse y volverse peligrosas. La 'arqueología especulativa' se presenta de muchas formas, pero se basa en el mismo argumento central: las personas del pasado no disponían del conocimiento, la tecnología y la capacidad para lograr todo lo que se cuenta que hicieron, por lo que alguien o 'algo' más estuvo involucrado. Los partidarios de estas ideas argumentarán que las líneas de Nazca o las pirámides de Egipto fueron construidas por extraterrestres. Sus argumentos pueden presentarse como divertidos, pero están fuertemente predispuestos contra los negros, los pueblos indígenas y otras personas de color, de quienes se duda de que hayan sido responsables de su propia historia".



En este sentido, la doctoranda recalca que "la 'arqueología especulativa' es útil para el nacionalismo blanco porque arroja dudas sobre los logros de las comunidades negras o indígenas, abriendo la posibilidad de reescribir su propia historia a través de la lente del poder blanco". Una de las asociaciones que más ha estudiado estas conexiones entre las teorías de la conspiración alrededor de la arqueología y la extrema derecha estadounidense es el Southern Poverty Law Center (SPLC) quien emitió un informe hace dos años alertando del enorme aumento de fieles en los grupos del supremacismo blanco estadounidense: estas redes aumentaron sus miembros y simpatizantes un 55% solo entre 2017 y 2019, un auge que sin duda puede explicarse con la era Trump. Ahora, tras la pandemia y el asalto al Capitolio, obviamente se habrán incrementado.

Arqueología pseudocientífica en máxima audiencia

El SPLC señala a un canal de gran audiencia y de contenidos aparentemente inocentes sobre historia y arqueología como uno de los mayores difusores de esta clase de ideas: el History Channel, poniendo el ejemplo de documentales concretos en los que se distorsiona la versión oficial de la colonización de América o programas en los que los invitados ensalzan (o como mínimo blanquean) a sociedades secretas como los Caballeros del Círculo Dorado, una organización de sureños ricos que pugnaron por la creación de un imperio esclavista panamericano.


"Los supremacistas blancos utilizan el negacionismo para reescribir la historia con el objetivo de reforzar sus propios sistemas de poder"

"Estos programas del History Channel sirven como punto de partida para ideas desacreditadas, dirigiendo a los espectadores hacia fuentes pseudocientíficas y políticas extremistas", asegura Jason Colavito, autor del libro 'Foundations of Atlantis, Ancient Astronauts and Other Alternative Pasts', el cual explora muchas de las ideas sobre la arqueología especulativa difundidas por grandes medios de comunicación líderes de audiencia. "La idea de que los extraterrestres construyeron las pirámides deja de ser divertida cuando atrae a jóvenes a sitios web en los que rápidamente se pasa del tema OVNI a los judíos".

¿Tienen raza los extraterrestres?

Por no hablar de 'best-sellers' del siglo XXI, tanto aquí como al otro lado del Atlántico, que presentan diferencias raciales entre los propios extraterrestres. Es el caso de 'Recuerdos del futuro', de Erich von Däniken, publicado en 1968, el cual y según la SPLC, sostiene la teoría de que un conjunto de extraterrestres "de aspecto ario llevaron la ciencia y la tecnología a pueblos primitivos de todo el mundo". Evidentemente, una afición y pseudociencia tan aséptica a simple vista desde el punto de vista ideológico como la ufología no puede, de por sí, inducir ideas racistas a la población; el problema viene, como siempre, cuando el mercado editorial o televisivo se da cuenta de que puede generar pingües beneficios a costa de apropiarse de parte del discurso de unos entusiastas que más que ir a las pruebas arqueológicas demostradas y contrastadas por la ciencia oficial, recurren a la especulación para embellecer sus teorías.



"La 'arqueología especulativa' contribuye a la gran migración de comunidades negras e indígenas al negar sus historias y atribuirlas a continentes míticos como Atlántida o, incluso, a extraterrestres", concluye Halmhofer. "Los supremacistas blancos utilizan ese negacionismo para reescribir, o más bien blanquear, la historia con el objetivo de reforzar sus propios sistemas de poder. El público y la disciplina científica debe desafiar a la 'pseudoarqueología' y apoyar la reorientación de las voces de los grupos marginados para que cuenten su historia y asegurarnos de que son esas las historias que se difunden".


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