La corrosión del acero producto de cloruros y de sales en contacto con los elementos estructurales es un tema de mucho cuidado a la hora de construir y a la hora de decidir las medidas a tomar para contrarrestar los agentes agresivos contra el acero.
Existen muchos efectos perjudiciales cuando se habla de corrosión y oxidación del acero cuando éste ya ha sido embebido en el hormigón, pues entre otros fenómenos, el óxido de acero suele ocupar más espacio y expandirse dentro del concreto, reventando y debilitando el recubrimiento de este recubrimiento de concreto, que expone aun más superficie de acero a la intemperie.
El tema que se abordara será el concerniente a la oxidación natural de las barras de refuerzo antes del fundido con el hormigón.
Lo que indican las normas sobre el óxido del acero
Investigaciones han demostrado que una cantidad normal de óxido aumenta la adherencia. La norma ACI menciona que los parámetros de rechazo o aceptación de una cantidad de daño por parte de agentes externos que reduzcan la sección o el peso de una muestra de hormigón deben estar en base a lo que la norma ASTM diga.
El óxido, las costuras, las irregularidades de la superficie o el escalado de fábrica no serán motivo de rechazo, siempre que el peso [masa] nominal, dimensiones, área de sección transversal y propiedades de tracción de una muestra de prueba cepillada con cepillo de alambre no sea inferior a los requisitos de esta especificación.
Las barras de refuerzo deformadas se evaluarán en base al peso nominal [masa]. El peso determinado utilizando el peso medido de la muestra de prueba y redondeada de acuerdo con la práctica E29, será al menos 94% del peso aplicable por unidad de longitud.
Interpretando lo que la norma dice
En base a este 94% del peso nominal, existe un margen de error en base al cual podemos tener una pérdida de sección de hasta el 6% del área nominal. Este es un márgen bastante grande!!.
Si por ejemplo tomamos una barra de acero de 16mm cuya sección nominal es de 201mm² y reducimos esta sección en 94%, y luego de esta sección reducida calculamos el diámetro de la barra, este cálculo resulta en un diámetro reducido de 15.5mm, o sea medio milímetro respecto a su sección original, que en términos de reducción por oxidación es un valor bastante alto.
Conclusiones
La norma nos permite utilizar acero ligeramente oxidado. Es más, no solo lo permite sino que indica que aumenta la adherencia.
Otro factor es que precisamente debido a que la adherencia química entre acero y hormigón es tan débil, se inventó el acero corrugado cuyas deformaciones transversales hacen que exista una adherencia o fricción mecánica considerable entre ambos materiales, que será mucho mayor a la adherencia que pueda o no proporcionar una barra que tenga o que no tenga óxido.
Fuente: marcelopardo
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