La incorporación de elementos radiactivos en algunos tipos de varillas añade un riesgo muy grave a los ya conocidos de las soldaduras. Hace unos años, la presencia de un 2% de torio en las varillas de tungsteno supuso una exposición a riesgo cancerígeno por radiaciones ionizantes de treinta trabajadores de una empresa metalúrgica de fabricación de maquinaria que llevaban años manipulando un material de cuya peligrosidad nadie les había advertido.
Así lo afirmaron los propios delegados de prevención: 'En más de dos años que veníamos utilizando electrodos de tungsteno con torio (Abicor Bincel®) nunca se nos informó de que estábamos manipulando un elemento radiactivo. De hecho, en más de 20 años que llevamos en la empresa nunca hemos recibido información sobre los riesgos que entraña este tipo de soldadura'
Fue al cambiar de proveedor, cuando observaron en el reverso de la nueva caja de los electrodos de tungsteno (Vastem S.L.) un serie de frases de precaución entre las que aparecía la siguiente: 'Aunque son pequeñas las cantidades del elemento torio que contienen estos electrodos, no olvide que son radiactivas'.
Consultaron de inmediato al sindicato del Metal de CC.OO. en Girona donde encontraron asesoramiento e información sobre los riesgos de este tipo de soldadura y apoyo para una estrategia de actuación sindical.
El problema es el polvo
Los defensores de la utilización del torio en las varillas de soldadura insisten en el bajo nivel de radiactividad de este elemento, dado que lo que se emiten son partículas alfa, muy ionizantes pero incapaces de atravesar la piel.
Sin embargo, hay que tener en cuenta que, como relatan los delegados, es necesario afilar el electrodo con frecuencia. 'Cada varilla debe afilarse 3 ó 4 veces antes de eliminarla dependiendo del método de trabajo del soldador, de su destreza y experiencia, pero también de la presión de tiempo. También varía el momento del afilado, algunos en vez de gastar una varilla, vamos acumulando varillas para afilarlas todas de una vez.'
Y aquí es donde aparece el problema: 'En realidad siempre hay alguien afilando y la producción de polvo es permanente. La ventilación general es muy deficiente y en ninguna de las operaciones existe un sistema de extracción localizada. Para limpiar, lo más corriente es barrer y los que suelen hacerlo son personal subcontratado o de ETT (Empresas de Trabajo Temporal)'.
Es decir, en el proceso de afilado se producen una cantidad variable de partículas capaces de penetrar por pequeñas heridas y, lo más importante, por vía respiratoria a los pulmones y al sistema digestivo donde se desintegran y emiten radiaciones.
La mayoría de los estudios en los que se han hecho mediciones coinciden en afirmar que durante el afilado de los electrodos la cantidad y concentración en el aire de partículas radiactivas es muy elevada, que excede incluso a las que están establecidas para designar un área como zona controlada (o de mayor riesgo de exposición) definida por las regulaciones en algunos países.
Por tanto, el principal riesgo para el trabajador o trabajadora ocurre principalmente durante la inhalación del polvo radiactivo que se produce en el afilado de las puntas de los electrodos.
Lo primero conocer si existe exposición
Si se trabaja en soldadura con electrodo de tungsteno, es posible que lleve incorporado un porcentaje de torio. Las varillas deben estar etiquetadas con información sobre sus componentes y los riesgos de su utilización.
Eliminar el riesgo como objetivo
¿Hay alternativas al torio? ¿Podemos sustituirlo?. El consenso general es que hay alternativas aceptables. La Sociedad Americana de Soldadura (American Welding Society), el Instituto Danés de Soldadura (Danish Welding Institute) y la Sociedad Alemana de Soldadura (German Welding Society) recomiendan sustituir el tungsteno toriado por otros óxidos no radiactivos.
Mientras tanto, controlar la exposición al torio:
Se deben tomar todas las medidas necesarias para evitar la contaminación y la inhalación del polvo del afilado (tener en cuenta que no hay límites totalmente exentos de riesgo):
Lo más seguro es aislar el proceso de afilado de cualquier otra actividad y establecer una eficaz extracción localizada del polvo recogiendo las partículas del aire extraído en una bolsa sellada para evitar la más mínima liberación a la atmósfera.
Durante el afilado se deben utilizar equipos de protección individual.
Pantalla protectora en la muela de afilar para evitar proyecciones a los ojos.
Aspiración regular e la zona para evitar depósitos del polvo.
Los trabajadores y trabajadoras deben lavarse las manos antes de usar los servicios de aseo y antes de hacer las pausas en el trabajo. Las zonas para lavarse deben estar cerca de las áreas de trabajo y se debe disponer del tiempo necesario. La ropa de trabajo debe lavarse en la empresa.
La vigilancia de la salud no es eficaz en estos casos
Los efectos cancerígenos de las radiaciones son difíciles de controlar eficazmente a través de exámenes médicos periódicos, ya que la detección del daño en estadios precoces y reversibles es difícil y la enfermedad muy grave. Además el tiempo que puede pasar desde la exposición hasta la detección del cáncer limita enormemente las posibilidades de establecer una relación causal.
Fuente: porexperiencia
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