La soldadura TIG casi no produce humo, por lo cual la visión del operario es más clara y permite un buen acabado más prolijo. Se obtienen cordones más resistentes y menos sensibles a la corrosión por evitar el contacto con el ambiente durante el proceso.

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El uso del gas además simplifica la soldadura de metales ferrosos y no ferrosos por no requerir el empleo de antioxidantes. Se puede controlar de manera muy precisa la temperatura, lo que permite penetrar en aceros de gran espesor. No requiere del flujo de limpieza ya que no se obtienen salpicaduras y los acabados son óptimos, lo cual reduce el costo de este. La soldadura TIG es adecuada para todo tipo de aceros al carbono, aceros de baja aleación, aleaciones inoxidables, aleaciones de níquel, aluminio y sus aleaciones, cobre y sus aleaciones, titanio, magnesio y otras aleaciones no ferrosas.